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LOS BROTES EN LA ESCLEROSIS MÚLTIPLE

Como has visto en el apartado anterior, existen formas de evolución de la de esclerosis múltiple. Mientras que la forma Primaria Progresiva de la enfermedad se caracteriza por un empeoramiento continuo sin recaídas y recuperaciones, la esclerosis múltiple Remitente Recurrente suele presentarse en forma de brote o lo que es lo mismo, un episodio de aparición de nuevos síntomas neurológicos.

¿Qué es un brote?

Se trata de la aparición de nuevos síntomas neurológicos o el empeoramiento de los ya existentes. Al inicio de la enfermedad puede resultarte difícil distinguir si se trata o no de un brote.

A continuación, te proporcionamos algunas indicaciones que te ayudarán a reconocer si se trata de un brote:

Puede tratarse de un brote si:
  • Los síntomas duran más de 24 horas de manera ininterrumpida.
  • Los síntomas ya presentes empeoran su clínica o se manifiestan con mayor intensidad.
  • Se presentan otros nuevos o síntomas similares a los que había presentado previamente.
  • Entre un brote y otro hay una separación de más de un mes.
  • Los síntomas percibidos no tienen relación con fiebre, estrés o posibles infecciones.
  • Los síntomas pueden presentarse activos incluso durante semanas (incluso hasta seis).
En cambio, probablemente no se trata de un brote si:
  • Los síntomas tienen una duración inferior a 24 horas o duran escasos momentos.
  • Los síntomas son paroxísticos, los cuales aparecen y desaparecen varias veces al día como por ejemplo un calambre.
  • La aparición de síntomas o un aumento de intensidad de los mismos, debido a exceso de calor, una infección, fatiga o fiebre.
  • A medida que aprendas a convivir con la esclerosis múltiple te conocerás más y aprenderás a distinguir los brotes de otros síntomas diferentes.
Recuerda que no siempre la aparición de síntomas tiene que derivar en un brote, aun así, te recomendamos que ante cualquier sospecha:
  • Te pongas en contacto con tu servicio de neurología.
  • Tu médico/a decidirá si necesitas tratamiento y cuál es el más adecuado a tu caso.
  • No te preocupes si tu médico/a decide que no necesitas tratamiento, no siempre es necesario.

¿Cómo actuar ante un brote?

Contacta con tu neurólogo/a, explícale cómo te encuentras, qué síntomas estás sufriendo y qué dificultades te causan.

Seguramente, tu médico/a te realizará algunas preguntas sobre otros síntomas que pueden empeorar los déficits neurológicos (como infecciones, entre otros) y si lo considera necesario, te citará de forma urgente o preferente en la consulta.

Cabe recordar que, habitualmente, los brotes de la EM, a pesar de que pueden ser muy molestos, no son una urgencia médica. En este sentido, no es obligatorio acudir por urgencias al centro de salud y/o hospital más cercano. De hecho, si los síntomas se lo permiten, siempre es mejor que contactes con tu equipo médico y/o enfermeras/os habituales, que conocerán tu enfermedad y te prescribirán el tratamiento más adecuado.

Una vez confirmado que se trata de un brote, y según cada caso, los/as médicos/as te informarán de cómo tratar más adecuadamente estos nuevos síntomas:

  • Tratamiento farmacológico con corticosteroides: se trata de un antinflamatorio muy potente del que se recetarán dosis muy altas. El efecto de este tratamiento será el de reducir la inflamación y acortar, por tanto, la duración de los síntomas.
  • Tratamiento rehabilitador: la rehabilitación forma parte del tratamiento de la persona con esclerosis múltiple. El/la neurólogo/a puede recomendar tratamiento con fisioterapia, terapia ocupacional, etc.
  • Puede ser necesario no hacer nada: ocasionalmente, sobre todo si los síntomas derivados del brote son leves o no provocan gran interferencia en las actividades de la vida diaria, puede ser necesario no llevar a cabo ningún tratamiento. De hecho, los síntomas derivados del brote desaparecerán igualmente y la recuperación que realice la persona con esclerosis múltiple del nuevo brote será la misma y sin tratamiento específico.

¿Qué es un pseudobrote?

El pseudobrote se manifiesta como el empeoramiento de los síntomas existentes o la aparición de otros que se experimentaron en el pasado. En este caso, la causa no es un nuevo ataque del sistema inmunitario, por lo que no dejan secuelas neurológicas. En este caso, el empeoramiento de síntomas se puede deber a:

  • Aumento de la temperatura del cuerpo.
  • Infecciones.
  • Traumatismos.
  • Intervenciones quirúrgicas.
  • Medicamentos.
  • Estrés.

¿Cómo distinguir un brote de un pseudobrote?

Existen algunas características que diferencian un brote de un pseudobrote:

  • EVOLUCIÓN: Si el empeoramiento fluctúa, especialmente si los síntomas se quitan por completo y luego reaparecen, es indicativo de que tienes un pseudobrote.
  • SÍNTOMAS: Los síntomas «viejos», esto es, los que ya has padecido antes, son más típicos de los pseudobrotes que de los brotes. Es muy raro que las lesiones verdaderas, las producidas por el daño real de la mielina, ocurran en el mismo sitio que las previas. Por eso, los síntomas de los brotes suelen ser diferentes a los vividos en brotes previos.
  • LOCALIZACIÓN: Las lesiones de la esclerosis múltiple atacan al sistema nervioso central. Si los síntomas sugieren que la localización es otra, la causa no puede ser un brote, sino otra (infección, estrés…). Tu neurólogo/a sabrá si los síntomas que sufres son o no compatibles con un brote.
  • TIPO DE SÍNTOMAS: Algunos síntomas son más típicos de un pseudobrote que de un brote. Este es el caso de la espasticidad y el dolor, por ejemplo. Estos síntomas son frecuentes en la esclerosis múltiple, pero no como manifestación de un brote agudo.

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