¿CÓMO AFECTA A LA RELACIÓN CON LA FAMILIA?

Tu familia será en muchas ocasiones tu fuente principal de apoyo y cuidados. A veces, estos deseos de cuidarte, les llevan a conductas de sobreprotección que pueden resultarte molestas como persona adulta e independiente. Comparte con tu familia los aspectos de la vida o la enfermedad en los que necesitas apoyo y comprométete a pedir ayuda en el futuro en caso de necesitarla. Recuerda que estas conductas, a veces desagradables, son fruto de la preocupación y el amor. Así es más fácil tener una conversación en la que no te dejas llevar por el enfado.

Hay ciertos síntomas invisibles, como la fatiga, que son más difíciles de comprender y a veces tu entorno más cercano puede achacarlos a otros factores. Explica estos síntomas para mejorar las relaciones familiares.

Quizás haya miembros de tu familia importantes para ti pero que por edad avanzada o dependencia no creas que pueden asimilar la noticia. En estos casos, háblales de tus síntomas concretos y de cómo te sientes en cada momento sin necesidad de poner una etiqueta diagnóstica.

Explica a tu familia lo que necesitas física, pero también emocionalmente. Si algunas conductas te irritan o molestan, explícales tranquilamente cuáles son, por qué y cómo quieres que actúen contigo. Si la situación no mejora, un profesional de la psicología os puede ayudar a reconciliar vuestras diferencias.

Daos tiempo los/as unos/as a los otros/as para aceptar y adaptaros al diagnóstico.